Esmeralda Cisneros Torres, es licenciada en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estudiante de la Licenciatura en Desarrollo Comunitario y Maestra en Innovación Social. Egresada del posgrado en Políticas y Servicios de Salud Mental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad NOVA de Lisboa y especialista en Actuaciones Psicosociales en Violencia Política y Catástrofes por el Grupo de Acción Comunitaria (GAC) de la Universidad Complutense de Madrid.
Cuenta con nueve años de experiencia en el ámbito humanitario donde ha colaborado con organizaciones internacionales como Médicos sin Fronteras y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Tiene experiencia en el fortalecimiento de iniciativas de acompañamiento a víctimas de violencia y familiares de personas desaparecidas. Ha formado voluntarios para ser acompañantes desde un enfoque psicosocial y de salud mental, apoyándoles en la planeación, implementación y supervisión de actividades.
Junto con equipos multidisciplinarios, ha brindado asesoría en la atención psicosocial en momentos específicos del proceso de búsqueda e identificación forense y ha implementado procesos de formación dirigidos a servidores públicos de diversos estados. Ha liderado procesos de vinculación y coordinación entre instituciones encargadas de la atención en salud mental para familiares de personas desaparecidas. También ha participado en talleres multidisciplinarios de fortalecimiento de las capacidades de los colectivos en temas jurídicos, forenses y de salud mental.
Recientemente ha desarrollado propuestas de intervención pioneras en México como es el caso del manual de facilitación del Taller “Jugando nos acompañamos” para niñas y niños familiares de personas desaparecidas de 6 a 10 años y sus personas cuidadoras.
Su carrera profesional la ha convencido de que la identificación de personas se trata de un proceso humano más que de uno técnico y/o científico, y como tal, requiere de la empatía y la sensibilidad de los equipos multidisciplinarios que lo realizan. Gracias a ello, ha desarrollado la firme convicción de contribuir a que las Personas Fallecidas sin Identificar (PFSI), puedan volver dignamente con sus familiares preservando su nombre y memoria. Para ella: “esta labor se trata de una experiencia imborrable que confronta a las familias con una realidad adversa en la que, si se les informa y garantiza el derecho a la participación, no sólo se les ayuda a terminar con la incertidumbre, sino que se les apoya en el replanteamiento de un proyecto de vida”.